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Vasily Komarov, el asesino en serie, fue el primer maníaco mediático que surgió durante la era soviética y uno de los criminales más terribles de su tiempo. Comenzó a matar en 1921 y, en apenas dos años, se cobró la vida de al menos 33 personas.
Durante el juicio, Vasily Komarov afirmó que solo asesinó a especuladores. Según él, actuaba contra los opresores. Algunos informes sostienen que fue el propio Lenin quien dio la orden de capturarlo. Su detención se convirtió en una auténtica prueba para la investigación criminal de Moscú.
La infancia de Vasily Komarov. Una familia desestructurada con graves adicciones
El futuro asesino en serie, Vasily Ivanovich Komarov, no siempre llevó ese nombre. Al nacer en 1877, en la provincia de Vitebsk, fue registrado como Vasily Terentyevich Petrov. Por eso, algunos investigadores se refieren a él utilizando ambos apellidos.
Komarov-Petrov nació en una familia de trabajadores, todos ellos amantes del alcohol. Desde los 15 años, el futuro asesino en serie desarrolló una fuerte adicción al alcohol. Bebía vodka, alcohol ilegal, desnaturalizado, incluso barniz… en resumen, todo lo que ardía al tragar.
Su experiencia en la guerra
A los 20 años, Vasily Komarov ingresó en el ejército y sirvió durante cuatro años. Participó en la guerra ruso-japonesa de 1904-1905, donde fue enviado al Lejano Oriente. Allí saqueó, robó y acumuló una pequeña fortuna. Al regresar a casa, se casó con una mujer mucho más joven y gastó todo el dinero viajando sin control.

Cuando se quedó sin dinero, Vasily Komarov regresó a su lugar de origen y consiguió un puesto en instalaciones militares. Durante ese tiempo, lo arrestaron por cometer varios robos menores y pasó un año en prisión. Mientras cumplía condena, su esposa murió de cólera. Al salir, se mudó a Riga y se casó con una viuda llamada Sophia. Ella tenía dos hijos, a los que Komarov trataba con dureza y castigaba con frecuencia.
Padre de familia
Komarov golpeaba a los niños sin piedad, como su madre hizo con él. Pero en aquellos días, esa actitud era muy general. En 1915, cuando las tropas alemanas se acercaron al Báltico, Komarov con toda la familia se mudó a la región del Volga.
Dos años después, con el inicio de la revolución, Vasily Komarov se unió voluntariamente al Ejército Rojo. Allí se hizo pasar por víctima del régimen zarista. Lo asignaron a un pelotón de combate, pero desertó en cuanto recibió la orden de entrar en acción.
En 1919, los denikinitas capturaron a Komarov-Petrov. No se sabe con certeza qué ocurrió durante ese tiempo, pero al año siguiente ya había regresado a Moscú. Allí se cambió los apellidos, compró la casa número 26 en la calle Shabolovka y se instaló con su familia.
¿De dónde sacó su fortuna el asesino en serie Vasily Komarov?
Tras el arresto de Komarov, varios periodistas de la época, entre ellos Demyan Bedny, intentaron darle un enfoque político al caso. Se centraron en investigar cómo había conseguido el dinero para comprar la casa donde vivía con su familia.

La mayoría de los expertos cree que Komarov apenas obtuvo ingresos como agente de la Guardia Blanca. Coinciden en que reunió el dinero robando durante su servicio en el Ejército Rojo.
El comienzo del asesino en serie Vasily Komarov
En marzo de 1921, durante el Décimo Congreso del PCR, el gobierno anunció una nueva política económica. De forma repentina, surgieron empresas privadas y nuevos emprendedores por todo el país. Fue entonces cuando comenzó el sangriento recorrido de Vasily Komarov, el asesino de Shabolovsky.
Komarov compró un caballo y un carro para hacerse pasar por taxista. Todos los días aparecía en la plaza del caballo, un mercado popular entre jinetes y comerciantes, aunque casi nunca aceptaba pasajeros. El propio Mikhail Bulgakov llegó a describir con detalle el “trabajo” que realizaba Komarov allí.
Hacía un trabajo extraño; casi nunca montaba a gente, pero él siempre estaba en la plaza del caballo. Siempre con dinero, siempre bebido.

Solo después de su arresto se descubrió que el maníaco tenía otros asuntos entre manos. Como el propio Komarov admite, la primera víctima fue un campesino que vino a Moscú a comprar un caballo. Komarov estaba dispuesto a venderle el suyo. Quedaron en la plaza del caballo y el campesino le hizo una buena oferta. Para cerrar el trato, fueron a la casa de Komarov a recoger los papeles necesarios.
La investigación forense que puso a Moscú tras la pista del asesino en serie Vasily Komarov
Durante la última reunión en casa de Komarov, el campesino le confesó que quría comprarle el caballo para revenderlo. Dijo que podía comprar a precio barato en los pueblos y sacarle mucho más dinero en las ciudades. Después de esta confesión, el odio hacia los especuladores se apoderó de Komarov. Salió al patio, tomó un gran martillo, con el que “trituró” a golpes la cabeza del campesino.
La habitación entera se llenó de sangre y trozos se sesos. Sophia, la esposa del maníaco contempló toda la escena sin inmutarse. Cuando su marido terminó, fue ella quien limpió la habitación. La ropa del campesino estaba empapada en sangre. A partir de esa experiencia, Komarov decidió colocar un cubo bajo la cabeza de sus víctimas en los asesinatos siguientes, para evitar manchas innecesarias. Enterró a su primera víctima en el suelo de una casa vecina en ruinas.
El patrón de Vasily Komarov
En 1921, Vasily Komarov asesinó al menos a 17 personas. Todas eran visitantes que llegaban a Moscú con la intención de comprar un caballo o un carro. Komarov los llevaba hasta la plaza del caballo, donde empezaba su trampa mortal. Después de una breve negociación, se acercaban a la casa del asesino para cerrar los papeles.
Una vez ahí, Vasily Komarov y Sophia invitaban al comprador a beber hasta que este caía rendido, completamente intoxicado. A continuación, Komarov los estrangulaba y luego golpeaba sus cabeza con un martillo.
Al año siguiente, el exterior de la casa de Komarov ya parecía un cementerio. No quedaba espacio para enterrar más cadáveres. Entonces se le ocurrió una nueva forma de deshacerse de los cuerpos: ataba la cabeza a los pies, los metía en un saco y los arrojaba al río Moscova.

Durante mucho tiempo, la policía no se enteró de que había un asesino en serie operando en Moscú, hasta que empezaron a descubrirse sacos en la orilla del rio. La policía empezó a acumular multitud de cadáveres de personas desnudas, sin identificación y comenzaron a buscar al asesino en serie.
Hay un asesino en serie en la ciudad
El gobierno intentó que los hechos no salieran a la luz, pero sin acierto. Los rumores se extendieron como la pólvora. Todo el mundo hablaba del asesino de Moscú, conocido como el asesino de Zamoskvorechye. Los ciudadanos empezaron a culpar al gobierno por negar que existiera un asesino en serie operando sin problemas por Moscú.

Encontrar al asesino en serie se convirtió en todo un desafío. Se crearon fuerzas de milicia popular para darle caza. Según algunos informes, esto fue hecho por orden personal de Lenin. La investigación involucró a empleados de la policía zarista, principalmente criminólogos.
Estudio criminológico
Tras estudiar cuidadosamente los cadáveres, los expertos llegaron a una conclusión clara: todos los asesinatos eran obra de una misma persona. Analizaron los sacos en los que el maníaco empaquetaba los cuerpos y descubrieron granos de avena en varios de ellos. A partir de eso, dedujeron que el asesino tenía un caballo.
Como los cuerpos aparecían en distintos puntos de la ciudad, los investigadores concluyeron que el criminal debía dedicarse al transporte de mercancías. Incluso enfocaron su atención en los taxistas. Pero en aquel momento Moscú contaba con varios miles de conductores. La presión social crecía y el país exigía resultados urgentes.
La brigada de investigación criminal abandonó todos los demás casos para concentrarse en dar con el maníaco. La policía tuvo un golpe de suerte. Así lo narró el propio Bulgakov:
Entonces buscábamos a un taxista que vive en Zamoskvorechye, con caballos cubiertos de bucle ancho. Peinamos todos los salones de té, estacionamientos, tabernas… Seguimos a todos los taxistas de Zamoskvoretsky. De repente encontramos otro cadáver, este tenía un pañal fresco que le envolvía su aplastada cabeza. El cerco se redujo de inmediato: estábamos buscando una familia que había tenido un hijo recientemente .
El error que le condujo a su captura. El arresto del asesino en serie Vasily Komarov
Komarov realmente tuvo un bebé en 1922, y el pañal se convirtió en su error fatal. El 18 de mayo de 1923, agentes de la policía del distrito llegaron a Komarov. Tenían una orden para inspeccionar su casa, en la que supuestamente destilaba alcohol ilegal. El maníaco los dejó entrar tranquilamente en la casa, sin darse cuenta de que la premisa era solo una excusa.
Se puso nervioso al ver cómo de minuciosos fueron los agentes. decenas de ellos completamente armados. No buscaban alcohol, si no rastros de sangre, pero en vano. Sophia borró cuidadosamente todos los rastros, además de ayudarle a descuartizar a sus víctimas y deshacerse de los cadáveres.

Pero por desgracia para el maníaco y su familia, los expertos continuaron rebuscando por la vivienda hasta acercarse a un que había en la parte trasera. Komarov no pudo soportarlo más y salió corriendo, arrojándose por la ventana y alejándose del lugar. En el armario encontraron un cuerpo aún caliente que había sido estrangulado y golpeado brutalmente en la cabeza. El maníaco fue detenido un día después en la aldea de Nikolskoye, cerca de Moscú.
Investigación policial
Durante la investigación, Komarov no mostró signos de remordimiento. Llamaba a sus víctimas cerdos especuladores y de buena gana les dijo cómo, cuándo y a cuántos mató. Acordó mostrar dónde enterró sus primeros cadáveres. Allí, la multitud casi apalearon a Komarov. Así es como Mikhail Bulgakov, testigo de los hechos, describe esto:
La policía lo tomó bajo vigilancia y empezaron a reconstruir los hechos. Komarov fue conducido para que mostrara el lugar en el que enterró los primeros cadáveres (enterró a varios de los muertos cerca de su departamento en Shabolovka). La gente se congregó en el lugar. Al principio hubo grito histéricos de mujeres. Luego la multitud enfureció y comenzaron a romper el cordón policial: querían desgarrar a Komarov. Es increible cómo la policía logró poner a salvo a Komarov.
Muchos motes para un mismo asesino en serie Vasily Komarov
Inmediatamente después de que el maníaco comenzara a testificar, se empezó a especular con la idea de que Komarov era un espía, claramente era desinformación del estado. Komarov recibió tambien el sobrenombre de “hombre lobo” y “bombre bestia”. Pero el escritor Bulgakov no estaba de acuerdo con estos apodos:
El hombre que tenemos ante el tribunal no es una bestia… puede ser que presente un grave desequilibrio con características interesantes para la psiquiatría; de edad avanzada, de rostro desagradable, pero no una bestia. No hay ningún signo de degeneración en él… auque cuando Komarov habló al tribunal por primera vez, y en particular, cuando se rió con aquella ronca sonrisa, me quedó claro que no era un hombre normal.

Examen psiquiátrico
Komarov fue examinado por tres psiquiatras líderes del país y lo reconocieron como una persona bastante cuerda. El asesino en serie describió el proceso de matar como si de una broma se tratara, con onomatopeyas disparatadas y excentricidades. En el juicio, cuando se le preguntó al maníaco por qué mataba, se encogió de hombros y dijo: “Por el dinero”. Pero cuanto se hizo evidente que el dinero no era su principal incentivo.
Hay ciertos animales que cuando los matas consigues una doble recompensa: yo ganaba su dinero, pero además limpiaba mi conciencia por eliminar a una criatura desagradable, incluso para el Dios creador… es como matar gusanos o serpientes.
Komarov durante su juicio
Su ejecución
Komarov y su esposa, reconocidos como cómplices, fueron condenados a muerte. La ejecución se llevó a cabo unos días después del juicio. Los hijos de Sophia y el hijo de un año de Komarov fueron trasladados a orfanatos. Al final de su ensayo, Bulgakov escribió:

“Deseo sinceramente que el destino tenga piedad con los niños… Que Dios no permita que sean como sus difuntos padres “.
Sin embargo, algunos investigadores posteriores del “caso Komarov” afirmaron que el hijo menor de Komarov luchó contra los alemanes durante en la Segunda Guerra Mundial; le gustaba mucho matar a soldados del Ejército Rojo y a partisanos, pero también disfrutaba matando a civiles inocentes. Sin embargo, no se ha encontrado evidencia reales para estas acusaciones.
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